"Al caballero Arnaldo le gustaba comer las setas asadas con la salsa de la carne. Fue su plato preferido desde que su madre se lo puso por primera vez para cenar a los 5 años.
Que al caballero Arnaldo le gustará ese plato, era muy importante, pues ese día Arnaldo era el hombre más feliz del reino Regalaba chucherías a todos los niños, ayudaba a la gente y se tumbaba en el cesped de un campo rodeado de muchas amapolas.
Un buen día de los que Arnaldo estaba regalando chucherías se le acercó un niño preguntándole por qué los días que comía setas se encontraba tan feliz. Él mismo se hacía esa pregunta una y otar vez, hasta que cansado de sus cambios de humor tan repentinos y relacionados con las setas asadas con la salsa de de la carne, mandó investigar el manjar al señor Potato, el científico de la Corte que tenía respuestas para todo.
¡Oh no! gritó el Señor Potato, las setas que nuestro querido Arnaldo come son alucinógenas, por eso cada vez que degusta su mangar preferido de encuentra en un estado de felicidad y de delirio al mismo tiempo. ¿Qué podriamos hacer para que dejase de comerlas?, al Señor Potato no se le ocurría nada por más que pensaba... (Raquel Escudero García)
El Señor Potato seguía sin tener ideas, para que Arnaldo dejase de tomar esas setas alucinógenas que le hacían cambiar de humor. Desesperado decío acudir al mago del pueblo, aver si tenía alguna pócima, que hiciese que el caballero estabilizase, un poco,ese carácter, ya que la situación no podía seguir así.
Y decidido,el señor Potato le contó al mago Merlin lo que le pasaba al caballero. El mago que era muy sabio, mezcló un par de hierbas y sustancias, formuló una frase en un idioma extranjero y pronto había creado una pócima especial que seguro que hacía que el caballero estabilizase su humor. Pero......(Rocío Barrón)
¡Pum! El enorme caldero en el que estaba haciendo la pócima estalló en mil pedazos, dejando la casa del mago llena de pegotes de colores.
Eso hizo pensar a Merlín que lo que hacía a Arnaldo actuar así era su propio carácter, por lo que se lo comentó al señor Potato y ambos estvieron de acuerdo: la solución era dejar actuar así al caballero y disfrutar todos de los días de generosidad y buen humor que le producían las setas. (Irene Fernández Rodríguez)
lunes, 29 de noviembre de 2010
domingo, 28 de noviembre de 2010
El camello cojito
Siempre es bueno el uso de recursos literarios para cualquier tipo de festividad, como pronto llegará la Navidad, encontré este poema de Gloria Fuertes que creo conveniente para esos días. Espero que lo disfruten tanto como yo. =)

EL CAMELLO COJITO
(AUTO DE LOS REYES MAGOS)
El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.
Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su "Longinos".
-¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.
El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!
Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.
EL CAMELLO COJITO
(AUTO DE LOS REYES MAGOS)
El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.
Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su "Longinos".
-¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.
El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!
Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.
sábado, 27 de noviembre de 2010
Mi hermano Pablo

"Nunca le perdoné a mi hermano gemelo que me abandonara durante siete minutos en la barriga de mamá, y me dejara allí, solo, aterrorizado en la oscuridad, flotando como un astronauta en aquel líquido viscoso, y oyendo al otro lado cómo a él se lo comían a besos.
Fueron los siete minutos más largos de mi vida, y lo que a la postre determinarían que mi hermano fuera el primogénito y el favorito de mamá.
Desde entonces salía antes que Pablo de todos los sitios: de la habitación, de casa, del colegio, de misa, del cine... aunque ello me costara el final de la película.
Un día escuche a Pablo llorar en la cocina, me acerqué a él, pues no pude resistirme a su lamento y al preguntarle, pude ver el terror y el odio en su cara. Nuestra amiga Susana le había dejado por mí. Al comentármelo, me eche a reír.¡ A Pablo no le gustaba Su, sino su hermana gemela Tere! El problema fue que nunca llego a diferenciarlas bien. Fue casualidad que Tere fuera siete minutos más pequeña que Su. El destino nos había dado nuestra oportunidad. Desde entonces vamos los cuatro a todos los sitios, sin preocuparnos quien entra o sale primero.”
Fueron los siete minutos más largos de mi vida, y lo que a la postre determinarían que mi hermano fuera el primogénito y el favorito de mamá.
Desde entonces salía antes que Pablo de todos los sitios: de la habitación, de casa, del colegio, de misa, del cine... aunque ello me costara el final de la película.
Un día escuche a Pablo llorar en la cocina, me acerqué a él, pues no pude resistirme a su lamento y al preguntarle, pude ver el terror y el odio en su cara. Nuestra amiga Susana le había dejado por mí. Al comentármelo, me eche a reír.¡ A Pablo no le gustaba Su, sino su hermana gemela Tere! El problema fue que nunca llego a diferenciarlas bien. Fue casualidad que Tere fuera siete minutos más pequeña que Su. El destino nos había dado nuestra oportunidad. Desde entonces vamos los cuatro a todos los sitios, sin preocuparnos quien entra o sale primero.”
Una de poesía

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
Mario Benedetti
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