¿Cuántas veces hemos mirado debajo de la cama?¿Sabrías decir que tienes sin ir a mirarlo?¿Y cómo lo describirías? He aquí la mía...
Lugar oscuro, repleto de recuerdos. Nos encontraremos cajas donde se almacena ropa de invierno o verano (según en la estación que estemos) y zapatos. El número de zapatos varía según sea fin de semana o diario, ya que es el lugar donde abandono mis zapatos al llegar a casa. Hay tacones azules y blancos, deportivas, botas negras... Cada tipo me trae recuerdos de los días en los que los uso. Los tacones, por ejemplo, me trasladan a las noches de bailes en Madrid; con las deportivas blancas, me siento cómoda, me permiten correr cuando tengo prisa por llegar a algún destino; Las botas pueden ser que no calen agua, para los días de charcos y lluvia en la gran ciudad o, en cambio, de ante, para que el pie no se hiele en los días fríos...
Si mi cama hubiese sido diferente, mi rinconcito podría haber sido más grande, sin embargo,esta bien como está, una parte encajonada entre dos paredes y otra al aire, donde se pueden meter las cajas o los zapatos de una forma más sencilla.
Mi rinconcito es un lugar oscuro, donde han habitado monstruos de mi fantasía o posibles escondites para mí misma en los juegos de mi infancia.
Mi rinconcito ha cambiado, no solo se han almacenado zapatos, sino también peluches u otro colchón.
Ese rinconcito donde encuentro pequeñas motas de polvo porque se me olvida pasar la escoba... es un lugar del que no nos fijamos a no ser que necesitamos algo que coger que esté allí guardado, sin embargo ha estado en nuestra memoria desde que eramos enanos, y ahora, ha pasado de ser el protagonista, de ser el lugar donde habitan nuestros miedos, al lugar donde habita el polvo y ha sido alejado del recuerdo.